Siempre es bonito ganar un premio, pero éste lo es todavía más. Es un homenaje a la lucha, a la resistencia y al tesón. Un incentivo que premia el haber salido victorioso del partido más importante de su vida. Y es que a día de hoy sigue emocionando su escena en el primer tee de salida en el Masters de Augusta de 2014. No es para menos. Allí, Jarrod Lyle hacía su primera aparición pública tras luchar contra la leucemia por segunda vez a sus 32 años. Era un entorno idílico para su reencuentro con el golf.
Allí lo esperaba su compatriota Geoff Ogilvy, quien compartió con él el primer partido en su retorno a los campos. El oceánico, campeón del US Open en el año 2006, también recuerda con cariño ese día, afirmando que es una “de las escenas más emotivas” que ha tenido el honor de presenciar durante toda su vida.
“Nunca había tenido una experiencia como ésta en un tee de salida. Los australianos no somos mucho de llorar, pero ese momento emocionó a todo el mundo. No había un ojo seco en todo el lugar”, reconoció Ogilvy en una entrevista con Golf Digest en otoño del año pasado.
Más de un año y medio después el circuito norteamericano ha querido reconocer la valentía de Lyle otorgándole el premio PGA Tour al coraje a un deportista que “a través del valor y la perseverancia ha superado extraordinariamente la adversidad para hacer una contribución importante y significativa para el juego del golf”.
El jugador de 34 años es solo la segunda persona a la que le hacen entrega del Premio Coraje, después de que Erik Compton lo recibiera en 2013 tras haber sido sometido a un doble trasplante de corazón.
A Lyle le diagnosticaron una leucemia aguda en el año 2012, después de superar la enfermedad cuando apenas era un niño. En este 2015 el oceánico ha disputado un total de 11 eventos y todavía le restan ocho más en lo que respecta a la exención médica que dispone para 2016. Él se siente bien. No todos consiguen arañarle golpes a esta dura enfermedad.