El coronavirus sigue causando estragos en el mundo del deporte. Y es que, si ya informamos de que el Mundial de Atletismo, la Copa del Mundo de Esquí y el Blue Bay de la LPGA, entre otros, han causado estragos de difícil reparación en cuanto a la celebración de los diferentes eventos, el mundo del Golf en particular está recibiendo varapalos por todos lados debido a las estrechas relaciones que se han fraguado en los últimos tiempos con el gigante asiático. Y esta vez le ha llegado el turno al PGA Tour.
Concretamente a su vertiente del PGA Tour China, donde a finales de este mes se debería haber llevado a cabo la primera de las dos pruebas internacionales de la Q-School antes que el curso eche a andar el próximo 25 de marzo -al menos esta fecha es la que estaba prevista en un principio, pero los más de 24 mil contagios en China podrían provocar que se demorara este inicio, según publicó recientemente la agencia de noticias Associated Press-. Así pues, ya es oficial que este Escuela cambia la sede de forma repentina a Lagoi (Indonesia), a las afueras de Singapur.
“Considerando lo que está ocurriendo en China en las últimas semanas, pensamos que esta es la mejor vía de acción en estos momentos”, aseguró Greg Carlson, director ejecutivo del circuito. “Nuestra relación con el Laguna Golf Bintan -el campo que acogerá el torneo- y su personal han hecho posible que hayamos podido fructificar las negociaciones en poco tiempo. Es un muy buen campo de Golf y apreciamos mucho todas las facilidades que nos han puesto”, continuó el directivo, antes de centrarse en los problemas que está suponiendo esta epidemia, que se ha cobrado ya 490 víctimas.
“La salud y el bienestar tanto de nuestros jugadores, nuestro personal, los aficionados y todos los que forman parte del PGA Tour China son de suma importancia para nosotros. Continuaremos monitoreando lo que está sucediendo en China y cómo podría afectar al inicio de la temporada regular”, concluyó.