No debería sorprender a nadie -y más aún después de que hace dos semanas fuera condecorado con el Jugador del Año de la PGA de América-, pero lo cierto es que hace no ha sido oficial hasta hace unas pocas horas. Brooks Koepka, el jugador que en estos momentos está en boca de todos debido a su percance con una espectadora en la Ryder Cup y a su pelea posterior con DJ –un conflicto que ya ha sido confirmado hasta por el propio Furyk– esta vez sí que tiene motivos para sonreír.
Y es que ha sido galardonado por sus propios compañeros de profesión con el premio Jack Nicklaus al Jugador del Año del PGA Tour, un trofeo que levanta después de un inmenso 2018 en el que ha conseguido hacerse con las victorias tanto en el US Open como en el PGA Championship. Pero no solo en los Major ha conseguido triunfar el bombardero estadounidense. Sus subcampeonatos en el WGC-HSBC y en el Fort Worth Invitational, sumados a otros cuatro Top 10, le hicieron gozar de un curso para la historia en el que terminó noveno en la FedEx Cup con unas ganancias de más de siete millones de dólares.
“En nombre del PGA Tour queremos felicitar a Brooks Koepka por ser elegido Jugador del Año del PGA Tour”, comenzó el comunicado Jay Monahan, comisionado de la gira. “Brooks ha traído consigo una nueva marca a niveles de atletismo en el PGA Tour y ya hemos podido comprobar los resultados tanto en los Grandes como en los PlayOff. Estas hazañas las logró a pesar de haberse pasado un tiempo significativo fuera de la competición debido a una lesión, una clara muestra de su ética de trabajo y perseverancia a lo largo de la temporada”, sentenció el directivo.
El deportista de Florida era uno de los seis que optaba al galardón junto a DeChambeau, Dustin Johnson, Francesco Molinari, Justin Rose y Justin Thomas. Un Thomas al que, precisamente, sucede en el palmarés.