El PGA Tour, en boca de Jay Monahan, se comprometió hace unos días a hacer todo lo que estuviera en su mano para acabar con el racismo en el mundo del deporte y visibilizar a esa parte de la sociedad que, salvo en contados casos, se encuentra en un segundo plano en el Golf. Y eso pasa en primer lugar por visibilizar el problema, tal y como lo han hecho en los últimos días numerosas estrellas del deporte. Es por esto que, con motivo de la vuelta de la gira esta misma semana, desde el circuito norteamericano se ha decidido llevar a cabo durante los cuatro días un minuto de silencio en apoyo a esta lucha.
Una acción que, según el circuito, ha de servir “para amplificar las voces y los esfuerzos en curso para poner fin a los problemas sistémicos de las injusticias raciales y sociales que afectan a nuestro país”. El gesto, que se llevará a cabo tanto en el Colonial CC como en el TPC Sawgrass -sede que verá la vuelta del Korn Ferry Tour-, tendrá lugar a las 8:46 hora local durante todas las rondas. Unos números que tienen especial protagonismo al ser 8 minutos y 46 segundos el tiempo que George Floyd fue inmovilizado por un policía con la rodilla sobre su cabeza.
Una medida que ha tenido aceptación entre una amplísima mayoría de jugadores del circuito, en especial entre los foráneos. Es el caso de Jon Rahm, que en los últimos días se ha mostrado en las redes sociales como un ferviente defensor en las redes sociales del movimiento Black Lives Matter. “Como inmigrante hispano en los Estados Unidos, no estoy ni siquiera cerca de experimentar lo que han sufrido muchas personas en este mundo, pero también he sufrido de cerca la discriminación cuando he hablado en español con algún compañero de equipo en un sitio público. Nunca he sentido rechazo por el color de mi piel, pero he tenido algunas experiencias de racismo. Y no es nada agradable”, sentenció.