Nuevo tirón de orejas para Rory McIlory, que en este último año está perdiendo a pasos agigantados ese halo de gran jugador y buen chico que se había ganado con creces desde que empezó su andadura en el mundo Pro. Y es que a las famosas declaraciones de hace unos meses en las que aseguraba que había llegado al golf a conseguir fama y dinero y no a hacer crecer el juego, se ha unido su inesperada baja de esta semana en el Turkish Airlines Open –el primer evento de las Final Series del European Tour-, algo que no ha gustado mucho entre los organizadores y sus compañeros.
El joven jugador norirlandés ha aludido a la seguridad como gran problema a la hora de disputar el torneo en el país otomano, hecho que ha chocado de frente con Ahmet Agaoglu, presidente de la Federación Turca de Golf. “Para aquellos que se preocupan por cosas como ésta no hay un solo lugar seguro en el mundo”, comentó el dirigente a los medios de comunicación. “Lo que ha hecho McIlroy creo que no es la forma correcta de actuar en estos casos, más que nada porque me enteré por los periódicos. No fue capaz de hablar conmigo y es algo que me decepcionó. Cuando Tiger dio a conocer que se retrasaba su vuelta a los campos me mandó un e-mail disculpándose”, continuó.
“Antalya es uno de los grandes destinos turísticos del mundo entero. Nadie ha sido asesinado o herido nunca por ningún ataque terrorista en este lugar. Es la ciudad más segura de todo el país y el circuito europeo ha podido comprobarlo en las últimas semanas. Es más, fletamos vuelos chárter para traer a los jugadores directamente desde China e Inglaterra, pero otros vinieron por su cuenta y no tuvieron el más mínimo problema”, añadió el máximo mandatario del golf turco.
Pero los altos cargos no son los únicos que han expresado su malestar con Rory. Otro de los que ha atacado indirectamente al actual número dos del mundo es el irlandés Padraig Harrington. “Durante la década de los 80 y los 90 tuvimos nuestros problemas en Irlanda”, afirmó en referencia al IRA. “Sin embargo, yo jugué mucho en Irlanda del Norte durante ese tiempo. La gente me decía que estaba loco, pero no era capaz de convencerles de que era un gran sitio donde jugar en el que la seguridad estaba garantizada. En ese sentido doy las gracias de ser querido allá donde voy porque nunca he dicho no a ningún lugar”, sentenció.
Al menos McIlroy puede presumir de que va a terminar el año del mismo modo que lo empezó… Con polémica encima de la mesa.
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