Algunas voces avisaban de esto desde hacía semanas, pero no ha sido hasta este martes cuando se han encendido las alarmas tras las declaraciones del mismísimo Tiger Woods. Y es que el ex número 1 del mundo ha comparecido ante los periodistas en la previa del US Open para poner los puntos sobre las íes en el principal problema al que se va a enfrentar en términos de infraestructura Shinnecock Hills: el ingente tráfico que se vive a diario en todo el área metropolitana de Long Island.
“Estamos en una situación complicada. Hay algunos muchachos que han dicho que les han hecho salir de su hotel con dos horas y media o tres de antelación y han acabado llegando apurados al campo. Hay muchas posibilidades de que alguno no llegue a tiempo en su salida”, sentenció el californiano que no sufrirá de ese problema al residir cerca del complejo con su yate de lujo «Privacy», que también criticó el intenso ruido provocado por la gran cantidad de vehículos que se acumulan en los alrededores.
Uh @USGA_PR what are today’s soothing words? 83 minutes into our 6 am shuttle ride from Jake’s Two Hours Away Casino and an hour to go! Soothe away! pic.twitter.com/AfF8ZK3HMx
— Geoff Shackelford (@GeoffShac) 12 de junio de 2018
Pero esta problemática no afecta solo a los jugadores, los grandes protagonistas de la cita en Nueva York. Y es que la prensa también está pasando las de Caín por culpa de la distancia que tienen que recorrer desde el hotel habilitado al campo. De hecho, muchos compañeros se quejan de que un viaje que teóricamente debería realizarse en tres cuartos de hora se convierte en varias horas sentado al volante.
Tanto es así que el director ejecutivo de la USGA, Mike Davis, tuvo que disculparse ante los medios este mismo martes. “Estamos viviendo una auténtica pesadilla en primera persona con el tema del hotel”, afirmó el directivo. “Por la parte que nos toca pedimos disculpas. Parece que el tráfico es un auténtico desastre”, comentó. Y razón no le falta…
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