No vamos a colgarnos medallas por algo que parecía claro hasta para el más optimista de los optimistas, pero lo cierto es que seguimos sin salir de nuestro asombro de por qué la USGA demore tanto los plazos en un asunto que ya trasciende el mero acto de disputar un torneo de Golf. Y es que, según hemos podido conocer en las últimas horas a través del New York Post, el evento que tendría que tener lugar del próximo 18 al 21 de junio en el Winged Foot neoyorquino se suspenderá definitivamente ante los temores por la expansión del coronavirus en todo el país.
Una decisión bastante lógica sabiendo que el campo se sitúa en la localidad de Mamaroneck, a menos de 50 kilómetros de la ciudad de Nueva York, zona en la que la epidemia está causando estragos y en la que se ha decretado el confinamiento hace un par de días. Según el Post, su fuente le comentó que era “optimista” con que el evento se pospusiera y pudiera disputarse a finales de verano en las misma localización -la suspensión de los Juegos Olímpicos abre esta posibilidad-. Sin embargo, esta opción empieza a tambalearse. Y no precisamente por las fechas.
Hay otros medios que informaron directamente de que el Oakmont Country Club, cerca de Pittsburgh, podría meterse en la pugna por albergar el campeonato en septiembre. Una información que, como podrán imaginar, la USGA no ha confirmado después de afirmar en el último comunicado que no tomarían una decisión hasta mitad del mes de abril.
Este rumor, de ser cierto, volvería a sacudir los cimientos del calendario de la presente temporada y dejaría a The Open Championship, que tendría que jugarse en el Royal St. George’s Golf Club del 12 al 19 de julio, como el único Grande que sobreviviría -de momento- a esta crisis mundial.