Muchas miradas se centraron en el joven texano durante todo el domingo. Desde putts imposibles hasta la tan cacareada acción del dropaje en el 13, numerosas acciones desembocaron en que millones y millones de ojos apuntaran a Spieth en las últimas horas del Open. Pero hubo una que captaron las cámaras y por la que, a día de hoy, todavía se preguntan muchos: la enigmática frase del estadounidense tras embocar el enorme purazo para eagle en el hoyo 15 y que le dejaba muy cerca de la victoria.
El joven deportista de Dallas convirtió un extraordinario putt en este par 5 y, en lugar de celebrarlo por todo lo alto, se quedó serio y, señalando con el dedo índice de su mano derecha la dirección donde se encontraba al agujero, le espetó a su caddie un claro “go get that!” -¡ve a por ella!- Este gesto ha sido interpretado de muchas maneras tanto por aficionados como por periodistas y un gran grupo acordó que se trataba de unas palabras muy poco acertadas y con un estilo chulesco. Pero nada más lejos de la realidad.
Spieth fue preguntado por esta circunstancia en cuanto consiguió el título, a lo que el golfista respondió que el estallido de adrenalina que le produjo en ese momento la consecución del putt le hizo tomar una actitud muy cercana al teatro. “Fue como si se tratara de una película de la vieja escuela. Antes, los caddies solían ir al agujero en cuanto los chicos metían un chip. Cuando estás en un Open todas las televisiones se llenan con campeonatos antiguos que han tenido lugar en esta misma sede. Así que no sé, imagino que me consumieron esas imágenes, porque realmente no sabía lo que hacía”, señaló.
“Miré a Michael y él también estaba en estado de shock. Le dije eso como podía haberle dicho cualquier otra cosa. En ese momento la carga de adrenalina era tan alta que no podía pararme a pensar”, sentenció. Aunque es cierto que al principal afectado no parecieron ofenderle mucho las palabras de su jefe: “Fui feliz a buscar la pelota”, comentó entre risas Greller.