Qué última jornada nos espera sobre la hierba del TPC Sawgrass. Y es que, pese a que Jason Day (-14) sigue partiendo como gran favorito para hacerse con el campeonato con los cuatro golpes de ventaja que tiene de margen, una ronda similar a la del sábado con condiciones climatológicas adversas podría poner el torneo patas arriba. Y es que solo 6 jugadores de los 76 que dieron el golpe desde el tee de salida en The PLAYERS consiguieron acabar con guarismos en negativo, algo que no es de extrañar viendo las rachas de viento que se levantaron en algunos momentos del día.
Uno de los grandes perjudicados por esta situación fue el castellonense Sergio García (-1), que en un abrir y cerrar de ojos perdió toda la ventaja que había ganado a base de esfuerzo el pasado viernes. De hecho, en el hoyo 5 apenas quedaban ya vestigios del -6 en su tarjeta después de sufrir un cuádruple bogey. Y no, no es que el golfista español mandara la bola fuera de límites y hubiera tenido que ir contra remolque todo el hoyo. Es más, tuvo putt de birdie. Pero la bola no quiso entrar y a partir de aquí comenzó un rosario de putts desde metro-metro y medio hasta que a la sexta fue la vencida.
Seis putts que fueron una losa demasiado pesada para levantar la cabeza, a los que después se unieron dos bogeys, un doblebogey y tres birdies para quedar encuadrado en el T40 a falta de 18 hoyos por disputar.
Y es que entre los récords y las ausencias el fin de semana –no olvidemos que no pasaron el corte ni Rickie Fowler, ni Phil Mickelson ni Jordan Spieth- se ha quedado un The PLAYERS con un ambiente más enrarecido que el de otros años. Y para colmo el veterano Ken Duke (-10) se ha propuesto con el -7 en su ronda ponerle picante a todo esto y saldrá en el penúltimo turno del día.
De momento, el número 1 del mundo domina la situación, falta por ver si es capaz de resistir las acometidas del japonés Hideki Matsuyama (-10) –con quien compartirá partido del día-, el teutón Alex Cejka (-10) y el propio Duke. De lograrlo dará un golpe sobre la mesa y mandará un aviso a sus rivales: quiero el US Open, y voy a ir a por él.