Echó a andar el Wells Fargo Championship sobre la magnífica hierba del Quail Hollow Club de Charlotte (Carolina del Norte) y lo ha hecho con multitud de sorpresas. En primer lugar porque nadie se esperaba que los estadounidenses Steve Wheatcroft (-7) y Andrew Loupe (-7) fueran a entregar las mejores tarjetas del día y se marcharan a Casa Club ostentando el primer liderato del evento; en segundo, porque Rory McIlroy (+1), defensor del torneo y gran favorito en las apuestas por conseguir la victoria, no ha podido estrenarse con buen pie y su presencia el fin de semana comienza a tambalearse.
Aunque empecemos por las sorpresas agradables. Y es que tanto Wheatcroft como Loupe –este último firmando una actuación impoluta con siete birdies sin fallo- han sabido cogerle desde el primer golpe la sintonía al campo y eso se ha visto reflejado en sus actuaciones. Sobre todo en los greenes, donde Loupe ha dado todo un clínic en la tarde de hoy.
Putts desde 8 metros, desde nueve e ¡incluso uno de 10 metros! –en el par 4 del hoyo 9- han tenido la culpa de que el viernes comience su ronda desde lo alto de la clasificación. Un privilegio que comparte con Wheatcroft, que no ha tenido el más mínimo problema en hacer de los pares 5 un trampolín al éxito –ha sumado dos eagles y dos birdies en estos hoyos-.
Por detrás de los norteamericanos asoman el indio Anirban Lahiri (-6) y un poco más atrás y cerrando el Top 10 Phil Mickelson (-3), que ha tenido la entereza suficiente para sobreponerse a un inicio apático –consiguió dos birdies y otros tantos errores en la primera parte de su recorrido- y se acerca peligrosamente al grupo de cabeza.
El que no ha tenido una buen entrada en los 27 ha sido el norirlandés Rory McIlroy (+1) –el pasado miércoles fue su cumpleaños-. El actual número 3 del mundo empezó su vuelta de una manera horrible con dos bogeys y un doblebogey en las nueve primeras banderas, haciendo peligrar su presencia el fin de semana en un torneo donde ha conseguido dos veces la victoria.
Sin embargo, unos últimos nueve hoyos cargados de acierto –cuatro birdies y un bogey- le han permitido al deportista británico conservar intactas sus opciones de estar junto a los mejores los dos últimos días de competición.
Eso sí, no puede despistarse lo más mínimo, ya que en estos momentos estaría eliminado de toda ecuación para el fin de semana.