En toda histórica épica que se precie para que haya un vencedor siempre tiene que haber un vencido. Y si Tiger Woods es la viva imagen de la primera de las caras, la segunda tiene que ir asociada irremediablemente a la del sudafricano Ernie Els. Y es que el capitán del equipo internacional compareció en rueda de prensa con un rostro serio que denotaba la decepción por haberse quedado tan cerca de la proeza de conquistar por segunda vez en la historia la Presidents Cup. Una expresión que reflejaba la odisea de aquel náufrago que nada y nada para acabar ahogado en la orilla.
“Puede que la clave de todo estuviera en la jornada de viernes”, apuntó The Big Easy ante las preguntas de los periodistas sobre dónde podía haber estado el quid de la cuestión que hizo venirse arriba al bando americano. Después de todo -y tras el gran 4-1 que lograron los locales tras los primeros fourballs– durante algún momento de los fourballs el bando local tuvo un resultado parcial de 9-1. Sin embargo, los dos puntos que dejaron escapar los pupilos de Els en el hoyo 18 y que permitieron a los norteamericanos rascar medio punto en cada uno frenaron la euforia de los fans australianos y llenaron de confianza a los visitantes.
“No diría que perdimos por completo el ímpetu, pero sí que reconozco que fue un duro golpe. No se lo hice saber a los jugadores, pero sentí que tuvimos una ocasión inmejorable de sentenciar el torneo y no fuimos capaces de hacerlo. No son muchas las ocasiones en las que tienes a un equipo como éste -los doce jugadores americanos están clasificados entre los 24 mejores del mundo- contra las cuerdas”, argumentó, para hacer poco después una valoración global de la actuación de su equipo.
“Estuvieron genial, pero nos quedamos cerca del increíble. Lo intentamos por todos los medios y nos quedamos muy cerca de ganar y poner en aprietos a uno de los mejores equipos de todos los tiempos”, sentenció. Veremos si, como le ocurriera a Nick Price, su predecesor en el cargo, Els goza de continuidad para futuras citas y consigue culminar el triunfo.