Menuda emoción nos espera de cara a la última jornada del QBE Shootout que se está disputando sobre la hierba del Tiburón Golf Club de Naples (California). Y es que parece que al dúo compuesto por Steve Stricker y Sean O´Hair le ha salido unos duros competidores en los irlandeses Shane Lowry y Graeme McDowell, únicos europeos que tomaron salida el viernes en el último campeonato del año en el PGA Tour. Ya no solo por los números -que también-, sino por las grandes sensaciones que dejaron sobre el terreno.
De hecho, al igual que sucediera en la ronda inaugural, han conseguido evitar los bogeys en su cartulina en este día de foursomes para irse a Casa Club con un resultado de ocho bajo par, que junto al menos diez logrado en el scramble refleja el –18 que campea en estos momentos en su marcador, igualado en impactos con el de los mencionados estadounidenses.
Los norteamericanos dilapidaron toda su ventaja después de su espectacular inicio de evento al no haber conseguido dar con la tecla en los últimos nueve hoyos. Y eso que iniciaron bien el día con cuatro birdies por solo un error que les daba margen de maniobra de cara a la parte final, pero no hubo manera. Tres birdies por otros tantos bogeys ponen todo al rojo vivo a falta de los últimos 18 hoyos.
Una ronda final que llevará el sello de los fourballs para dictaminar quién toma el relevo de Harris English y Matt Kuchar en el trono con hasta nueve contendientes en apenas cinco impactos de distancia.