Las estadísticas nos pueden dar en muchas ocasiones la respuesta a algunos de los problemas que nos planteamos en el transcurso de un torneo. Cuestiones tales como el rendimiento de un jugador en determinadas circunstancias pueden explicarse si tenemos en cuenta diversas variables y, sobre todo, datos que lo contrasten. En esta ocasión intentaremos sacarle brillo a la tan cacareada frase de “el Team USA ha sido durante toda la trayectoria de la Ryder Cup un conjunto cargado de enormes jugadores individuales, pero un muy mejorable equipo si nos referimos al hecho de tener que integrarse junto a otros compañeros”.
A primera vista, cuesta pensar que un equipo que ha tenido a lo largo de su historia a algunos de los mejores jugadores de todos los tiempos puedan no constituir una alianza para salvar escollos y buscar lo mejor para el grupo. Sin embargo, los datos hablan por sí solos. ¿Y cómo medir esto si no es con los foursomes y los fourballs que nos encontramos durante los dos primeros días de competición? Atentos, porque estos datos pueden arrojar algo de luz al asunto.
Desde 1983, momento en que comenzó la etapa competitiva, Europa arrasa a Estados Unidos en los duelos por parejas. Según los datos publicados por la revista GolfDigest, Europa aventaja por 69 ½ a 58 ½ a los americanos en los foursomes, pero la diferencia se hace todavía más palpable en los fourballs, donde el viejo continente acumula 17 puntos de ventaja (72 ½ a 55 ½). ¿Casualidad? No lo creemos. Ya lo dijo Sergio García en rueda de prensa hace un par de días, cuando manifestó que “el PGA es un gran circuito, pero es en el europeo donde se establecen las relaciones al pasar más tiempo juntos”.
Jugadores como Jordan Spieth también se cuestionan esta supremacía europea en el juego por equipos, y achaca al nerviosismo americano sus malos resultados en estas pruebas: “No sé por qué los europeos tienen un mejor récord en el juego por equipos. Ellos no juegan ningún evento más en esta modalidad. Además, algunos de ellos hablan idiomas diferentes. Lo único que se me ocurre es que ellos puedan afrontar estos partidos más relajados”, admitió.
Sea como fuere, Europa sigue teniendo un puñal en estos partidos que debe aprovechar. Y Clarke ha sido muy inteligente al intentar aprovechar las relaciones humanas en todos sus emparejamientos.