Con la bola clavada a la altura del talud, con un stance muy complicado y, si fuera poco, con la bandera s sólo unos pocos pasos y cuesta abajo. A esto en enfrentaba el escocés Martin Laird en su tercer golpe en el hoyo 9 después de haber buscado el green en su segunda tentativa. Además, hay que sumarle que el británico se encontraba con el aliento de Cook y Wolff en el cogote desde hacía unos cuantos minutos. Pero ni esto fue suficiente para impedirle al europeo llegar a cabo un impacto extraordinario, lograr el eagle y pugnar por convertirse en uno de los golpes de todo el año.