Mickelson podía sentir casi dos años y medio después ese cosquilleo de sentirse campeón sobre la hierba de un campo de golf, o al menos de salir a un PlayOff de desempate. Pero una cruel corbata en el último putt desde poco más de metro y medio privó al zurdo de San Diego de su título número 52 y del 1.260.000 dólares de premio. Una corbata que no olvidará en algún tiempo.





