No ha sido una barrida como la vivida hace solo 24 horas, pero se ha quedado muy cerca. Estados Unidos volvió a imponer su poderío individual para ganar tres de los fourballs del turno de tarde del sábado y poner una distancia de cinco puntos prácticamente inalcanzable cuando solo restan 12 en juego, los de los encuentros individuales de la jornada dominical. Y aquí las pupilas de Julie Inkster tan solo necesitan tres y medio para retener durante dos años más la Solheim Cup.
Y es que, como ha sido costumbre desde que se iniciara la competición, solo la sueca Anna Nordqvist ha sido capaz de plantarles cara a las norteamericanas. La escandinava, que había ganado los dos puntos disputados hasta el momento, sumó su tercero ejerciendo de compañera de la inglesa Jodi Ewart, derrotando por 4&2 a la dupla conformada por Angel Yin y Lizette Salas. Tres birdies de Nordqvist por dos de la británica supusieron la única alegría para el viejo continente, que tuvo que aguantar un día más cómo el West Des Moines se llenaba con los vítores de los aficionados locales.
No es para menos después de las grandes victorias de “las Brittanys” –Lang y Lincicome– ante la inglesa Mel Reid y la navarra Carlota Ciganda –que ha perdido los tres puntos que ha disputado- por un resultado de 2UP, de Paula Creamer y Austin Ernst ante Karine Icher y Madelene Sagstrom por 2&1 y la de Cristie Kerr y Lexi Thompson ante las británicas Catriona Matthew y Georgia Hall por un contundente 4&2.
Así pues, el trofeo comienza a tomar los colores rojo, blanco y azul de la bandera estadounidense y solo un milagro en la jornada de individuales podría permitir a Europa volver a conquistar el torneo fuera de casa.