Muchos vieron en él un potencial tremendo, un jugador como pocos a su edad. “Jon no juega al Golf, eso lo hacen los demás. Él juega a otra cosa” se escucha decir a quienes han tenido la oportunidad de verle en directo. Y el tiempo les está dando la razón.
Al León de Barrika le ha sobrado con dos torneos en el viejo continente para meterse al público europeo en el bolsillo. Ya lo hizo en Le Golf National –donde casi con toda probabilidad le veremos defender a Europa en la Ryder Cup del próximo año- con su magnífico Top 10 y lo ha vuelto a repetir en Irlanda.
Lo ha hecho como los grandes. Como cuando Tiger dominaba a su antojo este deporte y sus rivales eran conscientes de que a lo más que podían aspirar era a la segunda plaza. Mientras que los perseguidores del vizcaíno sudaban tinta para salvar pares, el vasco percutía como un martillo pilón en los greenes del Portstewart norirlandés. Dos eagles y cinco birdies hicieron las delicias de un público entregado a las manos del joven talento de la Armada, que ha unido su nombre en el palmarés de este evento al de algunos de los más grandes golfistas de nuestra historia.
Seve Ballesteros, José María Olazábal, Sergio García… Y ahora Jon. Una señal que nos habla de que podríamos estar ante un jugador que puede marcar una época gloriosa para nuestro país en las próximas décadas.