Después de una enorme salida en el PlayOff -par 5 del 18- y de que Xander Schauffele viera reducidas sus opciones de disparar al green en su segundo golpe, Rory McIlroy podría haber contemporizado e ir a colocarla en la calle para dejarse un impacto cómodo en su tercer intento. Sin embargo, el norirlandés creyó que era un buen momento para ir a por todas. “El mundo es de los valientes”, se repitió. Y su disparo, sobrevolando el agua, tuvo como merecido premio el green. Poco importó que errara su oportunidad de eagle. Pues su rival selló el par y el europeo, con un putt muy cercano para birdie, se adjudicó el campeonato.