Rafa Cabrera-Bello se dio cuenta nada más golpear la bola. Muy, muy buena, repetía el canario mientras veía volar la bola después de golpearla con madera tres desde 218 metros en el hoyo 13 del Gardagolf CC, un tirazo con el que anotaba el cuarto birdie del día en la segunda jornada del Italian Open con el que mantenía las esperanzas de conseguir su segundo Rolex Series a falta de los últimos 18 hoyos.