En el tee del último hoyo Justin Rose era segundo en la FedEx Cup por detrás de ¡Tiger Woods! y desde ese mismo tee enviaba la bola al rough muy cerquita del agua, luego vendría el segundo golpe, clave en el desarrollo en la final del PGA Tour. Un segundo golpe que igual que fue al green se podría haber ido al bunker o clavarse en el rough, pero el inglés tuvo la suerte de cara y no necesitó más que asegurar dos putts y embolsarse la FedEx y los 10 millones de dólares de premio, y todo gracias a un bote con mucha suerte que ya es historia.
Golf is a game of inches.
What an enormous bounce.@JustinRose99 is sitting pretty.#QuickHits pic.twitter.com/fN9g74KBph
— PGA TOUR (@PGATOUR) 23 de septiembre de 2018
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