Después de un día en el que no lo pasó nada bien, Viktor Hovland respiró aliviado tras conseguir el que ya es muy probablemente el golpe más importante que ha dado en su corta trayectoria como profesional. Y es que el noruego llegaba al 18 empatado a golpes con el estadounidense Josh Teater y con la obligación de al menos igualar la puntuación del americano en la última bandera para acudir a la muerte súbita. Pero entonces el europeo se sacó de la chistera este purito desde más allá de los seis metros y medio para convertirlo en campeón del Puerto Rico Open y, dicho sea de paso, vencedor en un torneo del PGA Tour.