Avisábamos a comienzos de semana que Jordan Spieth estaba con unas sensaciones muy distintas a las que había tenido en los últimos meses, tal y como se reflejó hace unos días en el Phoenix Open. Y la prueba más clara es que en estos primeros compases de Pebble Beach el texano ha vuelto a protagonizar otro gran día de juego con un siete bajo par con el que situarse momentáneamente en la cuarta plaza del campeonato. Y gran parte de culpa de este debut por todo lo alto la tuvo el eagle en el 10 desde una distancia de unos cien metros. Un disparo brutal con backspin incluido que le permitió restar dos de una tacada.