En un clima más propio de otros deportes, la escuadra capitaneada por Donald somete a un bando local que sigue demostrando carencias grupales
La tormenta de la que fuimos testigos a mediados de la semana en Bethpage no era más que un preludio de lo que estaba por ocurrir el fin de semana a cargo del equipo europeo. Los pupilos de Luke Donald, en un clima bronco que en ocasiones rozó la inadmisible falta de educación –Rory McIlroy se negó a patear en una ocasión, mandó callar en otra y propició que los miembros de seguridad tuvieran que asegurar el correcto funcionamiento del evento- tienen al alcance de la mano retener la Ryder Cup en una semana que quedará grabada para la historia.
Y no solo por el excelso juego desplegado por todos los miembros del equipo que compone el viejo continente -que ha favorecido que, a falta de los individuales, el marcador refleje un sonrojante 4,5 a 11,5-, sino por las absolutas faltas de respeto que pudimos ver y escuchar. Y es que ni siquiera el elevado precio de las bebidas alcohólicas frenó el ímpetu de los fans americanos, que la tomaron durante buena parte de la tarde con los irlandeses Rory McIlroy y Shane Lowry. Unas provocaciones que cruzaron líneas intolerables y ante las que los europeos entraron al trapo para generar un clima de tensión innecesario.
El Team Europe necesita dos puntos y medio para retener la copa conseguida hace un par de años en Roma
A los chistes, chanzas y demás burlas sobre el peso de Lowry, siguieron comentarios sobre la mujer de Rory. Esto, unido al ruido que se generaba antes de que estos intentaran golpear la bola, hizo caer a ambos en la provocación -algo que tampoco debe ocurrir por parte de un profesional-. Así, del “que os jodan” de Lowry tras embocar un putt pasamos al “callaos de una puta vez” de Rory, ambos en un tono lo suficientemente fuerte como para que los micrófonos de ambiente -y los americanos- se hicieran eco.
Todo ello antes de que el propio número dos del planeta señalara el marcador cuando en este se reflejaba la victoria europea momentánea en los cuatro duelos de la tarde. Un ambiente enrarecido que se traspasó a otros duelos, donde llegamos a ver al siempre calmado Justin Rose discutir de manera acalorada con Greg Bodine, caddie de DeChambeau, después de que este le interrumpiera en varias ocasiones durante su rutina de pateo metiéndose en su línea de visión.
Eso sí, ambos duelos acabaron de la misma manera: 2UP para los irlandeses y 3&2 en el envite que protagonizaron el mencionado Rose y Tommy Fleetwood, quien se ha convertido en el primer europeo en ganar los cuatro partidos en suelo americano desde 1979.
También se llevaron el punto Matt Fitzpatrick y Tyrrell Hatton -quien sustituyó a última hora a Hovland después de que este se resintiera del cuello- ante Burns y Cantlay gracias a una última bandera en la que se rozó la perfección. El Team USA, de hecho, solo llegó a sumar el punto de JJ Spaun y Xander Shcuaffele, quienes derrotaron a Jon Rahm y a Sepp Straka pese a que estos llegaron a dominar el partido hasta el 16. Sin embargo, dos últimas banderas con sabor americano sitúan el marcador global en un 4,5-11,5 que pone a Europa a tiro de piedra de ganar por primera vez en Estados Unidos desde 2012.
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The fans at the Rockefeller Center enjoyed Saturday’s performance 🇪🇺#TeamEurope | #OurTimeOurPlace pic.twitter.com/QLEZuCzJaC
— Ryder Cup Europe (@RyderCupEurope) September 28, 2025
