Anne Van Dam, poderosa, sonriente, con una seguridad a prueba de todo tipo de retos, ha ampliado su idilio español al imponerse con brillantez en el Andalucía Open de España Femenino celebrado en La Quinta Golf, su segundo gran éxito consecutivo tras alcanzar asimismo la primera plaza, hace escasos dos meses, en el Mediterranean Ladies Open.
La golfista holandesa, un portento golfístico bien patente en sus poderosos impactos de salida, en unos golpes de aproximación precisos y en unos putts la mayor parte de ellos rectilíneos, se erigió en protagonista principal de un torneo donde la malagueña Azahara Muñoz, combativa como pocas, un ejemplo de garra de principio a fin, lo intentó todo durante cuatro jornadas para desempeñar ese papel estelar.
Afectadas ambas por un desarrollo de competición a trompicones, el efecto pernicioso de una severa y prematura suspensión de la primera jornada a causa de la lluvia, tanto Anne Van Dam como Azahara Muñoz establecieron durante mucho tiempo, en la práctica durante casi tres días, un enfrentamiento en diferido y a distancia, justo hasta que ambas se citaron, en la parte más alta de la clasificación, con algo verdaderamente definido.
Ocurrió realmente a mitad de mañana de esta cuarta y definitiva jornada, cuando por fin se arañó tiempo al tiempo y se concluyó la tercera ronda y se citó a ambas en el duelo verdaderamente definitivo. En ese momento Anne Van Dam ya daba innegables muestras de sus intenciones ganadoras, cuando tres birdies en los siete hoyos que le restaban por disputar para completar el recorrido del día anterior le catapultaron hasta el liderato con 12 bajo par y cuatro de ventaja sobre Azahara Muñoz.
La renta, sólida pero no determinante, se tambaleó de hecho en el comienzo de la cuarta ronda, cuando dos birdies consecutivos de Azahara Muñoz animaron a los espectadores a echar alas a su imaginación. La desventaja, minimizada a dos golpes, se volvió sin embargo a ampliar por algo tan simple como que Anne Van Dam exigía la perfección para darle caza.
La holandesa, persistente y machacona, ofrecía creciente seguridad en su juego, indemne a las sucesivas propuestas de Azahara Muñoz, con quien estableció desde el principio un mano a mano en solitario por el título dada la amplia diferencia acumulada con respecto al resto de rivales.
Quedaban muchos hoyos, sí, y las diferencias no eran insalvables, pero los mínimos titubeos de Azahara Muñoz en la primera parte de la vuelta abrieron una brecha ya definitiva de 6 golpes. De nada sirvió la espectacular y vibrante reacción de la malagueña por intentar reeditar su doble triunfo consecutivo de las ediciones de 2016 y 2017, cuatro maravillosos birdies en los hoyos 10, 12, 14 y 15 que provocaron admiración generalizada, un último estertor de genialidad golfística por parte de la malagueña antes de entre entregarle el testigo de ganadora a Anne Van Dam.
Y es que llegó el hoyo 16, donde Azahara Muñoz envío la bola fuera de límites, un error a la postre definitivo –“me equivoqué en la elección del palo”, se lamentaba al final– que no empaña una actuación sobresaliente, punta de lanza de otra no menos notable el conjunto de las españolas, con cuatro representantes entre las diez primeras: Azahara Muñoz, segunda; Natalia Escuriola, cuarta; Luna Sobrón, sexta; y Marta Sanz, octava.