Extraordinario final de campeonato el protagonizado por Gonzalo Fernández-Castaño (67 golpes, -5) en el TPC San Antonio, pues entregó la segunda mejor tarjeta del día para obtener un meritorio T13 y embolsarse unos nada despreciables 119 mil dólares, cantidad que le permite tomar aire en su intento por renovar la tarjeta del circuito norteamericano durante una temporada más.
Y es que el golfista español jugó un Golf casi perfecto porque, si bien es cierto que le costó encontrar calles desde el tee, en el resto de las facetas brilló con luz propia. 77,78 por ciento de greenes en regulación y, lo que es más importante, 3,2 golpes ganados de media respecto al resto de jugadores en las inmediaciones de green que favorecieron la proliferación de birdies –tres para ser exactos- y el eagle en el hoyo 14 que resultaron definitivos para que el capitalino consiguiera el mejor resultado del curso.
Eso sí, a siete impactos del líder Chappell (68 golpes, -12), que le ha dotado al evento de un clima de incertidumbre después de esperar al hoyo 18 para embocar el putt de birdie que le hizo enloquecer para sumar su primera victoria en el PGA Tour. Antes de eso su compatriota Brooks Koepka (65 golpes, -11) había empatado en lo alto de la tabla con ocho birdies y un bogey tras mejorar notablemente sus prestaciones con el putter en las manos respecto a anteriores días.
El deportista de Florida, que no partía en el grupo de los favoritos del domingo, sorprendió a todos con unos primeros ocho hoyos arrolladores –cinco birdies y tres pares hablan bien de esto-, a los que puso la guinda con otros tres después del cruce para irse líder a Casa Club. Sin embargo, la ventaja acumulada hasta este domingo por Chappell provocó la reacción del jugador norteamericano, que se reservó hasta la última bandera para ponerle la puntilla al Valero Texas Open.
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