Es una historia que habrán leído y escuchado cientos de veces, pero cada cierto tiempo vuelve a salir a la palestra: la enorme distancia que están alcanzando en los últimos tiempos los jugadores desde el tee -y que no hace otra cosa que perjudicar a la larga a todos-. Precisamente hace unas horas publicamos un vídeo del sueco Alex Soren pegando un golpazo de rodillas de más de 260 metros de distancia con su driver, una auténtica barbaridad que evidencia que llegará un punto en el que haya que tomar medidas.
No sabemos si atacando directamente a los palos, a las bolas o, como dice Nick Faldo, haciendo algo con los tees, pero lo cierto es que este aumento paulatino de distancia año tras año no responde únicamente al hecho de que los deportistas estén mejor dotados físicamente para la práctica de este deporte. “Recuerdo cuando yo empecé en esto que los grandes pegadores los podías hasta contar. Estaban Greg Norman, Jack Nicklaus, Lee Trevino, Tom Watson e incluso Seve”, afirmó el inglés en una reciente entrevista. “Eran una docena como máximo. Ahora sólo hay una docena de jugadores malos con el drive. Asusta pensar el porcentaje que pasa de los 300 metros en el aire”, continuó.
Todo ello antes de proponer una serie de medidas para favorecer que se aminoren estas distancias. “Si reducimos el tamaño de la cara del driver provocaría que hubiera más errores desde la salida. Así, la gente se lo pensaría más a la hora de buscar el riesgo-beneficio. ¡Simplemente con esto ya tendríamos el problema resuelto! Aunque hay otra forma bastante simple para lograr el mismo objetivo: jugar los torneos sin tees. Esto haría que los muchachos alteraran la utilización del driver. Dejarían de usar herramientas con 6 grados y pasarían a utilizar de 9 y de 10 para volar un poco y tener algo de seguridad. Lo cambiaría todo”, sentenció. ¿Qué piensan acerca de esto?