El Golf es duro y en muchas ocasiones también extraño. La bola de Dustin Johnson fue a parar a unos arbustos después de un driver de 308 yardas. Con esos problemas, el estadounidense jugó un golpe de fantasía de poco más de un metro apoyándose en el camino de forma que la bola fue rodando, rodando por el asfalto hasta recorrer 50 yardas (unos 45 metros) ganando de esa forma un buen terreno a ese hoyo 10 del Muirfield Village. Un golpe inteligente y con mucha imaginación que posiblemente muy pocos sabrían leer.
Golf is strange. #QuickHits https://t.co/DRa3Qlvp4Z
— PGA TOUR (@PGATOUR) 5 de junio de 2016





