El PGA Tour recala por tercera vez en esta temporada en Texas un mes después de que Jon Rahm disputase la final ante Dustin Johnson en el Dell Match Play de las Series Mundiales. En aquella ocasión fue Austin la ciudad visitada mientras que esta semana la atención se centra en San Antonio lugar donde se celebra el Valero Texas Open, un clásico en el Circuito.
La primera vez que se disputó el evento data de 1922 cuando fue denominado Texas Open. Fue en 2002 cuando adopta el nombre de la empresa energética radicada en la misma ciudad de San Antonio (Valero Energy Corporation)
*Valero Energy Corporation es un productor y comercializador internacional de carburantes, otros productos petroquímicos y electricidad radicado en San Antonio, Texas, Estados Unidos. La compañía posee 16 refinerías repartidas entre los Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y el Caribe, con una capacidad de producción combinada de aproximadamente 3 millones de barriles (480.000 m3 ) por día.
*Fuente: Wikipedia
Dos ganadores de Grandes: Jimmy Walker y Zach Johnson; un ganador en The PLAYERS: Matt Kuchar; un ganador en las Series Mundiales: Patrick Reed; más de una treintena de ganadores en los dos últimos dos cursos. En total son cinco los jugadores incluidos en el Top 25 mundial que toman parte en el evento.
Gonzalo Fdez.-Castaño se enfrenta ante una nueva oportunidad esta temporada, será la undécima. En las anteriores diez ocasiones logró superar el corte en cuatro siendo un puesto 29 su mejor resultado. El madrileño intentará no dejar escapar esta oportunidad ya que cada vez son menos las que tendrá para mantener la tarjeta.
JW Marriott, TPC San Antonio (AT&T Oaks) de San Antonio (Texas). Par 72, 6.799 metros (7.435 yardas), diseño de Greg Norman con Sergio García como consultor. Este recorrido abrió sus puertas en 2010 como uno de los dos campos que serpentea a través de Texas Hill Country, al norte de San Antonio.
Los Robles ofrece un reto difícil, con calles estrechas y bunkers tan profundos que algunos de ellos casi alcanzan los cuatro metros. Además la vegetación, nativa, impide jugar la bola como caigas en ella. Hace cuatro años, Kevin Na registró un 16 en el noveno hoyo, par 4, después de intentar librarse de entre las rocas y la maleza.
Un putt de 2,7 metros le separaba de la victoria. Tras 71 hoyos y un -11 en la tarjeta se encontraba ante el golpe decisivo -ya no solo de la semana, sino de la presente temporada-. De nada servía el esfuerzo titánico de días atrás si no embocaba el birdie en el par 5 del 18 de este TPC San Antonio. Fue entonces cuando Charley Hoffman (-12) colocó su putter en la hierba, giró suavemente los hombros y deslizó el palo hasta impactar con la bola. La pelota giró y mansamente se alojó en el agujero.
Ya estaba hecho. La victoria era suya. Tras año y medio de sequía –no lograba un triunfo desde que venciera en el OHL Classic at Mayakoba de 2014- el jugador de San Diego (California) volvía a la senda correcta. Él se dio cuenta. Levantó el puño y se abrazó a su caddie. Era el mejor final para un torneo en el que fue el paradigma de la regularidad.
El evento reparte 6.200.000 dólares, la misma cantidad que en las seis últimas ediciones, de los cuales 1.116.000 son para el ganador.
Del 20 al 23 de abril.