De nuevo la política vuelve a entrometerse en el mundo del deporte. Y si en los últimos meses el fútbol ha sido el epicentro de mensajes que nada tienen que ver con el espíritu conciliador de este terreno, el Golf tampoco ha podido ser ajeno a los tiempos convulsos que está viviendo la política internacional. En esta ocasión el tema de discusión han sido las relaciones entre China y Taiwán, que están viviendo sus horas más bajas como consecuencia de la permisibilidad de estos últimos a la entrada de buques de guerra estadounidenses por el estrecho taiwanés.
Esta decisión, la segunda vez en los tres últimos meses que los taiwaneses permiten el paso a los destructores norteamericanos, ha tenido una consecuencia directa en el Swinging Skirts LPGA Taiwan Championship de la gira femenina: el Gobierno chino ha prohibido a las dos jugadoras de su país que participen esta semana en el torneo.
“Me dijeron que no puedo responder nada sobre sobre mi retirada de la competición”, afirmó Yu Liu ante las preguntas de los compañeros de Reuters, una agencia de noticias que desliza que “un cargo importante” del gigante asiático ha estado detrás de este hecho como consecuencia de la escalada de tensión que se está viviendo en las últimas horas entre los dos países.
La otra deportista implicada ha sido la ex número 1 mundial Shanshan Feng, cuyo agente se ha encargado de manifestar que su representada no había sido sometida a ninguna presión para bajarse de un evento que ha arrancado hace pocas horas. Y esto a pesar de que la china había conseguido firmar un subcampeonato y un Top 3 en los dos últimos torneos jugados.