Existen muchas personas que, aprovechando la proliferación de las redes sociales, se han convertido en auténticos expertos en eso de hatear. Para quienes no conozcan este término anglosajón verbalizado al castellano cabe decir que son esos individuos que les gusta tocar las narices allá por donde van –con el agravante de que lo hacen a través de un ordenador o un dispositivo móvil- y que, si pueden hacerlo con celebridades y/o deportistas famosos mucho mejor. Rickie Fowler puede dar buena cuenta de ello a tenor de lo que le sucedió este pasado fin de semana en el TPC Boston. Lo que no se esperaba el hater es que el californiano le iba a dar de su propia medicina.
Vale, estamos de acuerdo en que el golfista estadounidense está rindiendo por debajo del nivel que se le espera, pero no se puede llegar a estos extremos. Y es que si entre finales de 2015 y comienzos de 2016 Fowler firmaba un segundo, un tercer y un quinto puesto en apenas dos meses –Phoenix Open, Hero World Challenge y Hyundai Tournament of Champions, respectivamente- que hacía que todo el mundo comenzara a acuñar nuevamente el término de Big Three, a partir de entonces su trayectoria se ha llenado de dunas, arena y piedras en una hoja de servicios yerma y con pocas alegrías.
Desde comienzos de junio su trayectoria es para echarse a temblar… para mal. En los diez torneos disputados –con tres Grandes por el camino- en dos ocasiones no ha conseguido pasar el corte –Memorial Tournament y US Open- y de las otras ocho tan solo ha podido sumar dos Top 10 –décimo en el Brisgestone y séptimo en el Barclays-. Unos resultados terribles que hacen que cuelgue de un hilo su participación en la Ryder.
Es por esto que, aprovechando el momento de debilidad, muchos se le quieren subir a las barbas. Lo que no saben es que Fowler ya ha vuelto cuando muchos todavía no han completado la ida. Es lo que sucedió hace unos días a través de Twitter, cuando un seguidor criticó públicamente que Rickie no se detuviera a firmar autógrafos a todos los que le estaban esperando tras la salida del 18. “Después del hecho de que @RickieFowler no firmara para todos ayer me gustaría anunciar que el #TeamPumaEstáMuerto. ¡Viva Jordan Spieth!”, publicó el susodicho.
Lo que no se iba a esperar nunca es que Rickie aceptara el juego y le respondiera públicamente. “Quizá deberías comprobar tus informaciones…Me pasé 20 minutos firmando después de la ronda”. ¡Boooom! El hater, hateado. Y es que hay que tener cuidado con quién se mete uno.