Nunca es tarde si la dicha es buena que dice el refrán. Muchos criticaron durante esta semana la decisión de Francesco Molinari (62 golpes, -21) de acudir al Quicken Loans National del PGA Tour en lugar de estar defendiendo al European Tour con la disputa del Open de Francia, pero el plan le ha salido a las mil maravillas al jugador transalpino. “Frankie” la rompió sobre la hierba del TPC Potomac este domingo en una ronda en la que ya partía desde el coliderato y que no sirvió para otra cosa que para dejarnos claro que tiene que ser sí o sí parte importante del equipo europeo de la Ryder.
Molinari compartió último partido del día junto al mexicano Abraham Ancer (72 golpes, -11) y, mientras éste se resentía de haberle dado a su edad todo el protagonismo en un evento de la mejor gira del planeta, el italiano no tuvo ningún problema en asumir los galones de jugador veterano para, sin ponerse nervioso en ningún momento, lograr a base de pico y pala una ventaja que se tornó insalvable poco después de hacer el cruce.
Y es que del 10 al 14 el italiano sumó un eagle y cuatro birdies consecutivos que, junto a los otros dos birdies de los nueve primeros hoyos, le permitió coger hasta ocho golpes de ventaja en la clasificación que no le quedó más remedio que contemporizar para levantar el trofeo. Molinari se distanció en ocho golpes de Armour (68 golpes, -13) y en nueve de Sung Kang (64 golpes, -12), único que logró hacerle sombra sobre el campo con una vuelta en la que seis birdies sin error le permitió subir hasta trece plazas respecto al sábado.
El que también subió fue Tiger Woods (66 golpes, -11), quien se despide de “su” torneo en una clara línea ascendente y con una cuarta posición bajo el brazo, un resultado que le viene fenomenal para recuperar las sensaciones perdidas tras no poder pasar el corte ante Shinnecock Hills en el pasado US Open.