Pues hasta aquí llegó la temporada en Estados Unidos para el jugador español –eso si no tenemos en cuenta la Ryder de finales de mes en Minnesota-. El castellonense llegaba al fin de semana con posibilidades de victoria en este BMW Championship, pero conforme han pasado las horas se ha escenificado una tragedia que tuvo en el sábado su inicio.
Sergio García (-2) ha sumado tres birdies, seis bogeys y un doblebogey en las últimas 36 banderas que no han hecho sino provocarle un descenso en la clasificación de más de 40 puestos, lo que al final ha producido que se caiga de los 30 mejores en la lista FedEx y, por tanto, no pueda estar dentro de un par de semanas en el East Lake GC de Atlanta (Georgia) para la disputa del Tour Championship, última batalla de la FedEx Cup.
El castellonense ha hecho suyo en los dos últimos días el principio básico de la Ley de Murphy: “Si algo puede salir mal, saldrá peor”. Bolas al agua, putts cortos que no entran, approaches que no llegan a green, más putts que no encuentran el agujero… Y acabó pagándolo con el palo. Fue el inicio de una muerte anunciada que se ha acabado confirmando este domingo. Y eso que hasta el hoyo 14 había conseguido salvar medianamente bien la jornada y su presencia en Atlanta. Un birdie en el 9 le colocaba con -1 y en el puesto 28 de la FedEx. Pero entonces llegaron dos bogeys. El del 15 dolió por la forma en la que se produjo –la bola se quedó colgando del agujero, literalmente- y el del 17 fue un pinchazo directo a su moral.
No hubo tiempo de reacción, y tuvo que conformarse con ver cómo Dustin Johnson (-23) daba una lección de golf –la tercera en este grandísimo curso para el estadounidense- para llevarse a casa el trofeo tras aventajar en tres golpes al inglés Paul Casey (-20), en seis a su compatriota Roberto Castro (-17) y ¡en once al pelotón del torneo! Una victoria que también le sirve al de Columbia para situarse líder momentáneo en la FedEx Cup después de superar a Jason Day –se tuvo que retirar antes de disputar la última ronda por unos problemas en la espalda- y a Patrick Reed. Ojo con DJ, que ya sabemos de lo que es capaz cuando huele cerca un triunfo.