Después de mucho tiempo, el golfista español arrancará los últimos 18 hoyos de un torneo del PGA Tour con todas las opciones intactas para conseguir la victoria. Y es que la tercera ronda le sirvió para varias cosas: una, confirmar las grandes sensaciones de las dos primeras jornadas y dos, quitarse de encima el maleficio de los sábados y los domingos que le venía persiguiendo en los últimos tiempos.
Sergio García (-13) salió a la hierba del TPC Four Seasons Resort con ganas de comerse el mundo, y así llegaron sus primeros birdies. El 2, con un putt desde unos seis metros, da buena cuenta de ello. Pero no se detuvo aquí. El 5, el 7 y el 8 también comprobaron que el castellonense había llegado a Irving (Texas) para conseguir su noveno triunfo en el circuito norteamericano. Y ahí estaba él, compartiendo coliderato tras la disputa de las ocho primeras banderas con gran parte de la ronda todavía por jugar.
Sin embargo, el goteo continuo de birdies que había vivido hasta el momento se detuvo en seco. La segunda parte del recorrido, poco propicia para las alegrías, no favoreció en nada para dar un salto cualitativo en la clasificación. Es más, ya en el 9 el jugador español marró un putt de un metro para salvar el par y cometió su primer bogey en 45 hoyos.
Algo así le sucedió también en el 10, aunque el putt desde dos metros y medio estuvo a nada de convertirse en un “cuatro” con el que haber sorteado el bogey. Pero no pudo ser. Pese a que lo intentó, el golfista de Borriol salió de la última parte de su vuelta sin un solo birdie, pero empatado en el T3 junto a los estadounidenses Matt Kuchar y Bud Cauley, a un golpe del número dos del mundo Jordan Spieth (-14) y a tres del joven Brooks Koepka (-16), flamante líder en Casa Club.
Todavía queda mucha tela por cortar, y a buen seguro que Sergio se guarda un as en la manga con el que sorprendernos a todos.