Cuando se le mostró el premio económico que había ganado tras terminar séptima en el segundo Grande del año, la emoción la desbordó

Hasta hace solo unos días, Hailee Cooper no tenía claro si su apuesta por el golf profesional merecía la pena. Había logrado poco menos de 50.000 dólares en el Epson Tour en siete torneos disputados y se había dado a sí misma un plazo de dos años para intentar llegar al LPGA Tour desde el Epson Tour, Circuito en el que milita en la actualidad. Pero todo cambió en Erin Hills.

“Fue un momento increíble, de esos que te cambian la vida”, relató entre lágrimas

En su primer US Women’s Open como profesional, la joven texana de 25 años no solo superó con brillantez el corte, sino que acabó en una sensacional séptima posición, a solo cuatro golpes de la campeona, Maja Stark. Cooper firmó una sólida vuelta final de 70 golpes (-2), pero fue fuera del campo donde llegó el verdadero impacto. Cuando se le mostró el premio económico que había ganado, 358.004 dólares, la emoción la desbordó.

“Me dijeron: ‘¿Quieres ver el dinero?’ Y yo dije: ‘Claro’. Caminé hacia la pantalla, lo vi… y empecé a llorar. Pensé: ‘Dios mío, hay seis cifras’. Fue un momento increíble, de esos que te cambian la vida”, relató entre lágrimas.

Cooper no solo se ganó el respeto del circuito, sino también una estabilidad económica que no tenía hace una semana. “Tal vez pueda mudarme de mi estudio. No lo sé… Lo importante es que ahora tengo seguridad para el futuro. Eso es lo que más feliz me hace”, reconoció, visiblemente emocionada.

Historias como la de Hailee Cooper son las que dan alma a este deporte. En un torneo que ya es historia por repartir una bolsa récord de 12 millones de dólares, su historia personal se convirtió en una de las más conmovedoras de la semana.

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