Gonzalo y Cañizares se dejan los deberes sin hacer para el domingo y buscarán la heroica en Francia

Los dos españoles, que necesitan mejorar para evitar el todo o nada de Portugal, aparecen en el T54 en el día que Colsaerts vuelve a enamorar

El capitalino, ante su última oportunidad de evitar jugárselo todo a una carta en Portugal.
El capitalino, ante su última oportunidad de evitar jugárselo todo a una carta en Portugal.

Se presuponía que este tercer día del Open de Francia debía ser el bueno, aquél en el que tanto Gonzalo Fernández-Castaño (73 golpes, +2) como Alejandro Cañizares (70 golpes, +2) dieran un golpe encima de la mesa reivindicando por qué deberían de formar parte del circuito europeo la próxima temporada. Sin embargo, ni el primero ni el segundo -aunque éste sí que ha podido terminar bajo el par del campo- han dado razones de peso suficientes para no pensar que llegarán la próxima semana a Portugal para jugárselo todo a una carta. 

Gonzalo, de hecho, llegó a salir al tee del hoyo 12 con un dos bajo par en el día merced a cinco birdies y tres bogeys que había cosechado hasta este momento, pero todo se vino abajo en dos banderas. Fue en el 12 y en el 13, cuando el capitalino cometió un bogey y un dolorosísimo triplebogey que tiró por tierra todo el buen trabajo realizado en la ronda sabatina. A partir de aquí, su producción ofensiva se detuvo en seco y cinco pares consecutivos dejaron la cartulina en el dos sobre par que posee en la actualidad. 

Misma puntuación que posee un Alejandro Cañizares que, aunque ha mejorado sus prestaciones respecto a lo vivido el primer día de competición, no ha sido suficiente para verlo avanzar más allá del Top 54. Cinco birdies y cuatro bogeys sirvieron para igualar el resultado del viernes y quedarse muy alejado de unas primeras plazas que en estos momentos sí que le darían la membresía a otro de esos golfistas que se encontraban al filo de la navaja.

Se trata de Nicolas Colsaerts (67 golpes, -13), quien partirá con tres golpes de ventaja en la última jornada para intentar sumar el tercer triunfo en el European Tour más de siete años después -la última vez que salió victorioso fue en el Volvo Match Play de 2012-. 

El belga, que está cuajando un torneo rayando la perfección -tan solo ha cometido cuatro bogeys en las 54 banderas-, entregó este domingo una cartulina con cinco birdies y un bogey para aumentar la distancia con respecto a un George Coetzee (70 golpes, -10) que tratará de poner nervioso al europeo en el último día de competición.

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