Pocas personas dejarán en el mundo del golf un legado como el de Arnold Palmer. El Rey, que nos dejaba en la madrugada del domingo al lunes en España, fue pionero en la modernización de este deporte y el primero en universalizarlo. Nacido en un modesto suburbio de Latrobe, a unos 60 kilómetros de Pittsburgh, este joven estadounidense soñaba con ganar el Open para permanecer en el recuerdo de un país, algo que consiguió hasta en dos ocasiones. Pero más allá de los títulos, más allá de ser considerado uno de los mejores jugadores de toda la historia quedará para siempre su carisma, simpatía y buen corazón.
Decía Lee Trevino en alguna ocasión que “cuando escuchabas aplaudir fervientemente a la gente no sabías si Arnold Palmer había hecho un buen golpe o simplemente se estaba subiendo los pantalones”. Era único. Tanto es así que el Arnie’s Army –la multitud que le acompañaba en cada torneo- llegó a abuchear durante mucho tiempo a su gran amigo Jack Nicklaus por intentar quitarle al rey su corona. The King deja un enorme vacío imposible de llenar. Jugadores, aficionados, personas relacionadas con el golf… Todos lo saben. Es por esto que nadie ha perdido la ocasión para decir unas palabras en su memoria.
“Fue un honor y un privilegio haberte podido conocer. Muchas gracias por tu amistad, consejos y muchas risas. Tu filantropía y humildad son parte de tu leyenda”, escribía un afectado Tiger Woods, que no podrá volver a disfrutar desde dentro del Big Three dando el golpe de salida en el Augusta National. Tampoco el reciente campeón de la FedEx Cup, Rory McIlroy, ha querido perder la oportunidad y, junto a una foto en la que aparecen ambos, titula: “Recordando tiempos especiales que pasé con Arnold Palmer en Bay Hill. Un verdadero pionero de nuestro deporte. Siempre en el recuerdo”.
Hasta nuestros representantes en la Ryder Cup se quisieron sumar al dolor de familiares y amigos. Desde el “día muy triste para el golf” de Rafa Cabrera-Bello al “te echaremos mucho de menos” de Sergio García, deportistas de una y otra parte del mundo coincidieron en la importancia de los valores transmitidos por Palmer, el rey de reyes.