Lo estamos empezando a tomar por costumbre, pero ni se imaginan lo difícil que es bajar de los 60 golpes en un torneo del circuito más importante del mundo cuando los focos comienzan a recorrer toda su anatomía. Y, sin embargo, en apenas tres semanas de 2017 ya lo hemos vivido hasta en dos ocasiones. Si el estadounidense Justin Thomas abrió el camino en el Sony Open disputado en Hawái hace solo siete días, en esta ocasión ha sido el canadiense Adam Hadwin (59 golpes, -17) quien ha logrado la proeza para poner patas arriba un torneo que hasta la jornada del movimiento dominaban con autoridad Hudson Swafford (71 golpes, -15) y el rookie Dominic Bozzelli (69 golpes, -16).
Trece birdies y cinco pares –que ya se dice pronto- es la tarjeta que ha entregado el canadiense para subir 48 posiciones y auparse hasta el primer puesto para sorpresa del público, que tenía que rascarse los ojos una y otra vez para creerse una ronda como la vivida. Así pues, Hadwin se convierte en el octavo jugador de la historia del PGA en lograr la hazaña –el cuarto en un par 72- y saldrá desde el partido estrella del día del domingo para tratar de conseguir en este CareerBuilder su primer torneo en la gira.
En cuanto a la actuación española luces y sombras para nuestros dos representantes. Y es que mientras que el vizcaíno Jon Rahm (70 golpes, -9) logró terminar bajo par para seguir desde el T21 en busca del ansiado Top 10 –dos bogeys consecutivos en el 13 y el 14 del Stadium Course le alejaron del objetivo durante el sábado-, Gonzalo Fernández-Castaño (75 golpes, Par) –bañito en calzoncillos incluido– se marchó a casa antes de tiempo después de firmar sus peores 18 hoyos de la semana en La Quinta (California) con seis bogeys, cinco birdies y un doblebogey en su última bandera que le despidió definitivamente de cualquier intento de seguir sobre la hierba.