Brian Harman, un novato del PGA Tour nacido en Savannah, recordó la “Leyenda de Bagger Vance” con un golf de celuloide para un nuevo récord del campo (61 golpes, 9 abajo) del PGA National en Palm Beach, sede del Honda Classic (Florida) cuya segunda jornada deparó el liderato compartido con -8 del inglés Justin Rose y el estadounidense Tom Gillis (43 años).
Aquel golfista georgiano y peliculero se llamaba Rannulph Junuh. Y Harman, del mismo pueblo que aquel talento escaso de autoestima cuya historia nos cautivó, logró una gesta en un campo catalogado como el segundo más difícil del PGA Tour 2011 y en un torneo de primerísimo nivel al que accedió como primer suplente.
“Hoy tuve uno de esos días que todo sale rodado, que metes todos los putts”, comentó al Tour el héroe de la jornada.
Pese a los 61 golpes, Harman (73+61) figura a dos de los líderes y por detrás del norirlandés McIlroy (-7), quien poco a poco se está fabricando una victoria que le situaría en la vanguardia del golf mundial.
No fue impedimento la brisa marina vespertina y especialmente potente para McIlroy, pues el joven de 22 años se sacó de la bolsa otra ronda bajo par (67 golpes). El segundo del escalafón mundial es tercero en la tabla empatado con Dicky Pride, a solo uno del tándem que la encabeza.
Lo mejor del día para el golf español fue la reacción de José María Olazábal con sus 67 golpes. El capitán europeo para la Ryder Cup pasa el corte y devuelve así la pelota al tejado de Davis Love III, su homólogo estadounidense quien lideraba el torneo y que cedió terreno por sus 72 golpes (+2).
Por el contrario, Alejandro Cañizares se estrelló con 77 golpes (+7), con la mácula de un cuádruple ‘bogey’ en un par 4.
Tiger Woods jugó bajo par (68) y cuidado porque el otrora mejor jugador del mundo asciende. El californiano iguala con Lee Westwood en el puesto 31 y a 7 de los líderes. Ninguno de los dos ha pronunciado aún su última palabra.