A pesar de no gozar en muchas ocasiones del reconocimiento que se merece, el Golf es de esos deportes en los que jugar en la élite puede reportar unas cantidades más que razonables en las cuentas de los jugadores. No hay más que analizar el reciente informe publicado por la CNN para darse cuenta de las grandes sumas de dinero -mareantes en algunas ocasiones- que se mueven entre el European Tour y el PGA Tour -la gira del país de las barras y estrellas dio durante el pasado curso al campeón más de un millón de dólares en la práctica totalidad de los eventos disputados-.
Es por esto que nos surge esta pregunta: ¿cuántos de los jugadores que se encuentran disputando alguno de los dos torneos -o ambos- han llegado a esa mágica cifra del millón? Y la respuesta la tenemos en el citado reporte, donde habla de que hasta 143 profesionales masculinos han superado esas ganancias -siempre hablando en números en bruto, es decir, sin descontar impuestos-.
Y entre todos ellos hay un nombre que destaca entre todos. Se trata de Justin Thomas, que a sus 24 años ha hecho de este 2017 su templo y se ha llevado a casa la nada desmerecedora cifra de 9,92 millones de dólares -eso sin contar el bonus de diez «kilos» por alzarse con la FedEx Cup-. Unos números impresionantes que si los extrapolamos a otro deporte como el tenis nos damos cuenta de la gran diferencia existente entre ambos. Y es que si hemos hablado de los 143 del Golf por encima del millón de dólares en ganancias, en el deporte de las raquetas tan solo 49 han alcanzado esos guarismos -de hecho, de estar en la ATP, Bernhard Langer sería a sus 60 años el cuarto en lista de premios con 3,6 millones-.
Unas cifras de las que bien podríamos sacar pecho si no fuera por la enorme brecha respecto a las féminas, donde solo 16 jugadoras de la LPGA consiguieron llegar a la marca. Y en este aspecto todavía queda un largo camino que recorrer.