Va de europeos esta semana en el PGA Tour. Y es que si en los primeros 18 hoyos el jugador más destacado del día fue el número 1 Rory McIlroy (73 golpes, -5), en esta continuación de campeonato el que más ha sorprendido por su descaro y saber estar en Florida ha sido el inglés Tyrrell Hatton (69 golpes, -7), quien ha derrotado por segunda vez a Bay Hill para colocar su nombre en lo más alto de la clasificación llegado el ecuador del evento. Una escalada en la tabla que llegó a pesar de no haber sido el mejor en ninguna de las estadísticas relacionadas con el control de la bola.
Ni presumió de puntería desde el tee -cogió una de cada dos calles– ni, por supuesto, de efectividad con el putter en las manos -sólo ganó aquí 0,4 golpes más de media que el resto de participantes-. Sin embargo, no hay que quitarle ningún mérito al 66,67 por ciento de eficacia que presentó en cuanto a la estadística de greenes en regulación, una parcela que le provocó numerosas alegrías y que le permitió salirse con la suya tras cinco birdies y dos bogeys que lo igualan con el surcoreano Sung Kang (68 golpes, -7) en lo más alto del campeonato, dos por encima de un Rory muy fallón en este segundo día.
-7 que no es nuevo en esta edición del Arnold Palmer Invitational, pues hace 24 horas Matt Every ya dejó este registro en Casa Club con una vuelta inmaculada con la que sorprendió a propios y a extraños. Pero vean cuán diferente puede ser este deporte de un día para otro que el estadounidense ha caído eliminado tras firmar un 83 en esta segunda ronda. Cuatro doblebogeys, cuatro bogeys y un solitario birdie ha sido el detonante para que Every, que salía líder al campo, se fuera a casa antes de tiempo sin entender todavía cómo ha podido pasar.
Tampoco estaré en los segundos 36 hoyos Rafa Cabrera (82 golpes, +12), que ha entregado la ronda más alta de los últimos tiempos después de un día en el que no se sintió cómodo en ningún momento y en el que un triplebogey, tres doblebogeys, dos bogeys y un birdie le han hecho firmar el 82 que lo situó en una de las últimas plazas del evento.