El jugador estadounidense ha sorprendido a propios y extraños y se ha colocado líder en solitario en el Phoenix Open pese a que inicialmente no contaba en ninguna apuesta.
El golfista nacido en Corea del Sur, que está cerca de celebrar el aniversario de su única victoria en el PGA –Northern Trust Open de 2015- entregó una tarjeta sin fallo de seis golpes bajo par–se repartió tres birdies en la entrada y otros tantos a la salida- y le ha dado la vuelta a una clasificación que hasta el día de ayer comandaba el californiano Rickie Fowler (-9), que ha visto cómo su -3 no constituía mérito suficiente para seguir ostentando el liderato.
El actual número 4 del ranking mundial comparte en estos momentos posición con el neozelandés Danny Lee, único jugador de los de arriba que parece haberle tomado el pulso a este exigente TPC Scottsdale. Y a partir de aquí es donde comienzan los líos. Hasta 34 golfistas se encuentran a menos de seis golpes de distancia de la cabeza y da la sensación de que cualquiera podría dar un salto cualitativo en el momento que conecte un par de birdies.
Sin ir más lejos, deportistas de la talla de Matsuyama (-7), English o Lowry están pegados en la tabla y están esperando el más mínimo fallo para saltar sobre su presa. Una caza a la que ya no podrán llegar Kevin Kisner (+2), Hunter Mahan (+3), Jason Dufner (+3), Padraig Harrington (+4) o Ian Poulter (+4), que sufrieron de lo lindo en los dos primeros días del evento y se marchan a casa con la sensación de haber podido hacer algo más.
La jornada se reanudará el sábado a las 16:00 española y contará con el encuentro que enfrenta a Hahn, Fowler y Danny Lee como gran atractivo. Eso sí, sin olvidar el carismático hoyo 16, que siempre deja detalles para el recuerdo.