Es complicado jugar un hoyo tan aturullado y salir con semejante premio. Esta frase se la repitieron muchos espectadores que asistieron en la jornada dominical a Pebble Beach para ver el desenlace de uno de los torneos más icónicos de todo el PGA Tour. El protagonista de esta proeza fue el australiano Jason Day, que no le quedó una superficie que pisar para salvar el par en el último hoyo del día y conservar su segunda plaza.
Calles, bunker e incluso un paseo por la playa. Y por si fuera poco el aussie se dejó un putt bastante comprometido al final al que le tuvo que echar muchísima calidad. Pero lo logró.
That was one adventurous par.#QuickHits pic.twitter.com/mpTzAUdYW7
— PGA TOUR (@PGATOUR) 11 de febrero de 2018