Quedan pocos vestigios de aquel jugador que enamoraba al mundo con su swing y su descaro. De aquel elemento de la naturaleza que emergió para discutirle el cetro mundial a Jordan Spieth con ocho victorias en tres años -incluido un PGA Championship y un The Players– en un momento en el que los aficionados estaban ávidos de un nuevo referente global. Ahora, Jason Day ocupa el puesto número 116 del mundo tras luchar incesantemente contra la cronificación de una lesión de espalda que le ha acarreado numerosos problemas en los últimos años.
El aussie era un fijo de todas las quinielas de favoritos entre los años 2015 y 2018, pero sus problemas físicos le han llevado en los dos últimos cursos a hacer solamente ocho Top 10 en el acumulado. Números insuficientes para un jugador que dominó con mano de hierro el Golf mundial durante un total de 51 semanas -es el octavo golfista que más semanas ha ocupado esa plaza en toda la historia-. Sin embargo, el deportista oceánico ve brotes verdes después de lo vivido hace unos días en el QBE Shootout junto a su amigo Marc Leishman.
“Ha sido muy agradable poder ser partícipe de una semana como esta y seguir probando cosas con mi swing”, señaló el australiano, quien finalizó en la tercera plaza después de haber liderado el campeonato durante las dos primeras rondas. “A pesar de haberlo hecho en rondas competitivas, el hecho de poder comprobar cómo van los cambios es siempre positivo”, añadió, poco antes de hablar sobre su espalda.
“Todavía no está al cien por cien. Sigo teniendo dolor cada vez que juego. Estoy haciendo progresos, pero de manera muy lenta. De todos modos, me siento muy bien por cómo está yendo todo. Solo tengo que seguir trabajando y ser paciente. Con un poco de suerte, los resultados no tardarán mucho tiempo en llegar”, sentenció.
Been a big week or so… I got a new LS 500 F Sport on Monday and a @WellsFargoGolf trophy six days later. Thanks #Lexusgolf pic.twitter.com/bn2va7R9ga
— Jason Day (@JDayGolf) May 8, 2018