Comenzó muy bien William McGirt (-2) su defensa del liderato en el Bridgestone, pero el estadounidense fue claramente de más a menos conforme fue pasando la ronda y acabó cometiendo tres bogeys y un doblebogey en sus últimas diez banderas que le imposibilitaron seguir ostentando el amplio colchón de golpes con el que llegaba a los segundos 18 hoyos sobre la hierba del Firestone de Akron (Ohio). Y aquí es donde entró en acción Jason Day (-4) que, como un auténtico cazador, esperó pacientemente su oportunidad para auparse a lo más alto del último campeonato del mundo de la temporada.
Ya avisamos ayer de los peligros que podía tener estar tan cerca del número 1 del mundo en la clasificación, y hoy los temores se han transformado en realidad en el par 5 del hoyo 16 cuando, tras un birdie, el golfista australiano se ha colocado con cuatro golpes por debajo del par líder en solitario del evento.
Y es que los aficionados hemos vuelto a ser testigos de una auténtica exhibición de fuerza, pegada y técnica protagonizada por el deportista aussie, que se ha convertido en uno de los 12 únicos jugadores en entregar una tarjeta con guarismos en negativo en esta segunda ronda.
Tres birdies y dos bogeys han tenido la culpa de ese -1 que campeó en su marcador el viernes –cuatro por debajo del par en total-, situándose por delante del -3 del sueco David Lingmerth y del -2 de jugadores como Emiliano Grillo, Scott Piercy y el propio William McGirt.
Así pues, Jason Day está ante la oportunidad perfecta de sumar su 16º título de su carrera, el undécimo en el PGA y el noveno en el último año y medio. Ojo con los números que comienzan a ser sencillamente alucinantes.