Un inicio de semana después de ver un triunfo de Jason Day en el PGA Tour es menos duro. Esta frase se ha repetido hasta la saciedad en los círculos de la gira americana, lo que dice mucho del cariño que profesa el deportista australiano entre todos sus compañeros. Y es que el otrora número uno mundial venció en el Byron Nelson después de una sequía de más de cinco años. Lo hizo dando toda una lección de Golf el domingo para acabar dedicándole el triunfo a su madre, fallecida hace poco más de un año como consecuencia de una larga enfermedad.
“Ha sido un día de la madre especial”, comentó un emocionado Day en sala de prensa. “Esta sensación de volver a ganar después de tantos problemas físicos y de vivir de cerca la enfermedad de mi madre es extraña”, confesó el deportista aussie, que acumulaba un total de 105 torneos sin triunfos después de salir victorioso del Wells Fargo celebrado en la edición de 2018. Todo ello en una ronda en la que se vivió el cénit con el chip para birdie que consiguió en el 12, una bandera en la que rompió el empate que mantenía con Scottie Scheffler.
“Volver a estar en este lado, tener salud, sentirme bien con mi juego, ganar de nuevo… No hay mejor sentimiento, lo digo de verdad”, sentenció el deportista oceánico, cuyo triunfo lo ha aupado al número 20 del mundo. Precisamente fue este gran día de Day el que impidió en muchos momentos a Scheffler acercarse al número uno pues, aunque estuvo durante horas en la pelea por la victoria, el ritmo endiablado de birdies en la parte final lo acabó condenando al Top 5. Pese a esto, el americano tiene claro que va por el camino correcto.
“Siento que jugué sólido a lo largo de la semana y que hice un buen trabajo con las cosas que quería mejorar en los últimos tiempos. Quizá en el finde no hice mi mejor swing, pero estoy seguro de que lo recuperaré de cara al PGA Championship”, señaló.
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