Como ya comentamos a principios de mes, el Phoenix Open -enclavado en el calendario en la primera semana de febrero- será, casi con toda seguridad, el primer torneo del próximo año en el PGA Tour que cuente con público en el campo. Unas ocho mil personas se esperan desde la organización en cada uno de los cuatro días del campeonato, lo que abre la posibilidad de que el resto de eventos a partir de aquí comiencen a contar con espectadores. Eso sí, siempre con la letra pequeña añadida de que todo dependerá de cómo evolucione la pandemia en ese momento.
Aunque el circuito americano, tal y como ha informado en los últimos tiempos el propio Jay Monahan, “trabaja a seis u ocho semanas vista”, lo que le facilita la tarea de adelantarse a los acontecimientos. “Ahora mismo es difícil de predecir lo que nos encontraremos en febrero, pero estamos muy animados por las noticias sobre la vacuna y su distribución entre la población. Si todo va bien, a partir de marzo podríamos tener un aumento progresivo del número de aficionados en los campos”, añadió el hombre fuerte del circuito de las barras y estrellas.
Precisamente, la llegada de la vacuna ha sido uno de los temas más comentados en las últimas semanas. ¿Obligarían desde el Tour a vacunarse a todos los jugadores? ¿Y a los árbitros? Unas preguntas a las que ha respondido Monahan en las últimas horas. “Creo que la vacunación es una elección. Nuestro trabajo es informar a todos nuestros miembros sobre los pros y los contras de hacerlo, pero la decisión final depende de ellos”, señaló Monahan, que también tuvo tiempo para hablar de cómo el PGA Tour se ha tenido que reinventar para hacer frente a la bajada de ingresos.
“Con respecto a 2019 hemos notado una bajada de 45 millones de dólares con respecto a las donaciones, que se nutren en gran medida gracias a los aficionados que acuden a los torneos. Esto nos ha dado la posibilidad de pensar sobre ello y tenemos unas cuantas ideas para llevar a la práctica a su debido tiempo”, sentenció. Esperaremos acontecimientos.