«He pegado muy bien desde el tee el año pasado y también éste. Esa suele ser una receta que funciona en cualquier sitio», apuntó Rahm

En Chicago, el viento sopla como un enemigo invisible. Jon Rahm lo sintió desde el primer golpe este sábado; más de 20 millas por hora azotando calles firmes y greens pequeños que parecían de cristal.

Su vuelta comenzó cuesta arriba, con +2 en los primeros diez hoyos. Pero entonces, en el hoyo 12, todo cambió; un hierro 4 perfecto, de esos que se quedan grabados en la memoria, y un eagle que transformó la inercia de su día. Terminó con un 4 bajo par que lo colocó empatado en la segunda plaza, a un paso del liderato y, lo que es más importante, nueve golpes por delante de Joaquín Niemann en la clasificación semanal.

«El objetivo es ganar, y ganando obtendré la máxima cantidad de puntos posible», dijo Jon

El chileno, líder sólido del ranking de temporada con cinco victorias, ha visto cómo Rahm le acorta terreno justo cuando menos margen hay para errores. El vasco lo sabe: «El objetivo es ganar, y ganando obtendré la máxima cantidad de puntos posible. Necesito un poco de suerte y que Joaquín no tenga una buena semana… Pase lo que pase, si gano tendré muchas posibilidades reales de alcanzarlo e incluso superarlo la semana que viene». La caza ha comenzado, y el campeón de Barrika no piensa soltar la presa.

La historia ha querido que el último partido del domingo reúna a Rahm, Niemann… y a Josele Ballester, la joya emergente del golf español. Rahm sonríe al pensar en el duelo: «Sé que mañana probablemente voy a ser el que menos pegue del grupo, lo cual no me pasa a menudo… pero ojalá se repita lo del año pasado, cuando jugué con Sergio el domingo y gané». Para el público, será un espectáculo; para Rahm, una oportunidad de oro para revalidar su título en Chicago y asestar un golpe moral al chileno.

No hay misterio en la receta de Rahm para este campo: precisión desde el tee, salvadas de par imposibles y un toque fino alrededor de green. Él mismo lo resume: «He pegado muy bien desde el tee el año pasado y también este. Esa suele ser una receta que funciona en cualquier sitio». Pero este domingo, la receta tendrá un ingrediente más: la urgencia de derrotar a Niemann en un mano a mano con sabor a final de temporada.

Chicago se prepara para el espectáculo. El viento seguirá soplando, el rough seguirá mordiendo y el marcador no perdonará errores. Rahm busca repetir su victoria de 2024 y convertir el último tramo de la temporada en una persecución épica. Niemann quiere resistir el asedio y reafirmar su reinado. Entre ellos, Ballester, un testigo privilegiado de la batalla, dispuesto también a morder un pedazo de gloria.

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