Otra vez el mal tiempo ha hecho acto de presencia en Pebble Beach para descuadrar todo intento de horario en el célebre torneo sobre suelo californiano. Y es que no faltó de nada para que los golfistas “disfrutaran” sobre el campo. Agua, viento y hasta niebla hicieron un cóctel explosivo que provocó que todo se interrumpiera cuando a la jornada todavía le quedaban varias horas de Golf. Y, sin embargo, entre tanta oscuridad apareció un haz de luz llamado Jon Rahm (67 golpes, -4) para poner patas arriba un torneo en el que no había comenzado con el pie derecho.
El jugador español se metió en la pugna por el campeonato en un abrir y cerrar de ojos, el tiempo que tardó en transformar seis birdies en sus siete primeros hoyos sobre el campo de Pebble Beach –recordemos que este evento se disputa en tres escenarios- y volver a provocar el asombro del mundo entero. Un seis bajo par en el día en el hoyo 8 que le colocaba segundo, solo por detrás de Jordan Spieth (65 golpes, -7) y que, lamentablemente, no tuvo continuidad en la segunda parte de su vuelta. Aun así, el de Barrika se pone con cuatro bajo par en el global y se queda en estos momentos en el T13, a seis impactos de los líderes Spieth y Fathauer (Hoyo 17, -10).
Quien no tiene muchos motivos para la sonrisa es Gonzalo Fernández-Castaño (Hoyo 15, +5), a quien a falta de 21 hoyos por disputar le queda un larguísimo camino por delante si quiere estar entre los 60 jugadores que serán de la partida el domingo sobre Pebble Beach. El madrileño solo pudo sentirse cómodo en un tramo muy corto de la ronda en la que sumó dos birdies, pero esto fue un oasis en un desierto en el que cometió dos doblebogeys y dos bogeys.