Saquen la calculadora porque nos esperan emociones fuertes de cara al domingo en el Tour Championship. Y es que la batalla por la FedEx Cup podría estar en tan solo un golpe de diferencia, poniendo de manifiesto la enorme competitividad que ha habido en los PlayOff del presente curso. Y sí, en esta pelea se encuentra inmerso Jon Rahm (68 golpes, -6). El León de Barrika volvió a clavar los 68 golpes con cuatro birdies y dos bogeys para mantenerse en la cuarta plaza y seguir aspirando a todo en la última parada del curso 2017/2018.
Ahora bien, en esta ronda final tendrá que salir a atacar desde el primer momento y tener algo más de tino en las inmediaciones de bandera si quiere llevarse el premio gordo. Y todo ello pasa primero porque sus hierros vuelvan a funcionar como ya lo han hecho en alguna que otra ocasión durante el año. Sin esta premisa deberá fiarlo todo al acierto en las distancias largas, algo que todavía no ha sucedido.
Si todo esto se cumple y asciende a la primera plaza deberá fijarse entonces -y solo entonces- en lo que están haciendo sus grandes rivales por la FedEx. Y en estos momentos créannos si les decimos que no sería descabellado pensar en el vizcaíno para llevarse los diez millones de dólares de bonus. La única incógnita de la ecuación que falta por cumplirse -siempre y cuando el español levante el título, claro está- es que Justin Rose (68 golpes, -9) se baje del segundo escalón del podio.
Algo que de momento solo lo ha conseguido Tiger Woods (65 golpes, -12), que vivió un inicio de vuelta absolutamente emocionante con seis birdies sin fallos en las siete primeras banderas que lo pusieron en la rampa de salida. La lástima es que a estos primeros minutos no le siguieran mejores resultados y dos bogeys y un acierto en los restantes once hoyos lo convierten en el único jugador en alcanzar los dobles dígitos, lo que le otorga tres impactos de margen que intentará hacer valer para volver a reinar en el mejor circuito del mundo cinco años después.