Cinco birdies fueron los anotados por Jon Rahm en la primera jornada del Phoenix Open, el último de ellos tras un cañonazo desde el tee con el que se acercaba a los 300 metros, 266 de ellos de vuelo. Después vino un sutil approach desde 100 metros y un fino putt. Todo ello en el hoyo 6 (15 de su vuelta) un par 4 de casi 400 metros en el que el de Barrika volvió a demostrarnos lo «fácil» que es esto del golf.